Este encargo es algo especial, el trabajo comenzó con un gran ejercicio de interpretación proyectual y de diseño. Desde el estudio y adecuación de un programa con raigambre en tradiciones orientales a los usos actuales, y desde el diseño de los vitraux de la cupula y ventanas para producir en China hasta los revestimientos basados en el arte islámico tradicional fabricados artesanalmente en España, Marruecos y la India.
Partiendo del estudio de textos clásicos de la tradición sufí se logró el entendimiento del programa según los usos tradicionales de estos lugares de culto. Se trabajó desde lo conceptual del programa y la interrelación de usos para poder adaptarlo a un proyecto dentro del código urbanístico en un lote de 8,66 m. y las particularidades y requerimientos del comitente. Se conjugó lo tradicional islámico a la particularidad local y su herencia hispanica. La obra se construyó con obreros y artesanos locales bajo nuestra supervisión y dirección ejecutiva. Año 2021. Superficie: 795 m²
El edificio posee una orientación noreste-sudeste. Se encuentra retirado de la línea del frente, permitiendo al visitante acentuar la perspectiva peatonal de la fachada y generando un espacio de transición en el acceso, entre el espacio público urbano y la entrada del edificio.
La fachada está compuesta por volúmenes que acompañan la distribución interior del programa y se emplean en su composición elementos decorativos como arcos con columnas talladas en yeso, celosías, azulejos marroquíes y tejas esmaltadas en color verde. En el centro se erige la torre del alminar, que culmina en su remate con una caligrafía que lo rodea.
El acceso se da por medio de una galería semicubierta delimitada por tres arcos porticados escoltados por columnas de mármol de carrara. La galería de acceso cuenta con una fuente de mármol ornamentada con azulejos marroquíes y un cielorraso de madera, en donde uno se encuentra con el umbral de la puerta principal de acceso, tallada en madera con incrustaciones de nácar realizada por un artesano en Turquía.
El programa arquitectónico se encuentra distribuido en distintos estratos o niveles que se articulan con el programa público o social que lo atraviesa transversalmente, que se da en la planta baja entre el espacio urbano y el jardín interior. Allí se ubican las funciones comunes, como ser el hall de distribución, la cocina con frente a la galería de acceso, el comedor, el salón para la ejecución de música y el jardín, en el cual se encuentra el sector para el lavado ritual.
En la planta inmediata superior a la planta baja, es decir en el primer nivel, se reservan las funciones de los rituales propios del lugar. El salón principal donde se llevan a cabo las actividades, con una proporción cuadrada en doble altura y una espacialidad octogonal, remata en una cúpula interior construida con un vitraux, donde puede observarse la caligrafía de un fragmento del Corán, ornamentada con dibujos florales. La cúpula tiene un díametro interior de 7,20 m. y fue construída en China, con más de 7300 cristales. Para los cielorrasos interiores se utilizó la madera tallada y el mocárabe. En una de las aristas achaflanadas se encuentra el mihrab, es decir, el nicho de madera tallada con caligrafías e incrustaciones en nácar hacia donde se dirige la oración.
En el jardín se diseñó una asequia que comienza en una fuente, tallada de un bloque macizo de mármol blanco puro de Vietnam, que recorre longitudinalmente toda la extension del jardín y culmina en un arco que contiene otra pequeña fuente contra el muro del fondo. Toda la asequia está revestida en placas talladas sobre marmol blanco con incrustaciones en piedra y dibujos florales inspirados en los diseños de los revestimientos del Taj Mahal. En el centro se encuentra la fuente del lavado ritual, en una planta octogonal, rodeado por la asequia todo revestido en piedra blanca con los mismos motivos ornamentales.